Hay un pulmón verde, lleno de vida y naturaleza en Majadahonda, y ese es el Monte del Pilar. En realidad sus más de 800 hectáreas de bosque mediterráneo se dividen entre los municipios de Majadahonda, Pozuelo de Alarcón y Madrid, pero como en Mundo Creati estamos muy cerca de este maravilloso espacio natural, y nos encanta salir con los peques siempre que podemos, nos permitimos “apropiárnoslo” y compartiros algunas de las muchas riquezas naturales que esconde.
El Monte del Pilar es la continuación natural del parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares, solo que al otro lado de la A6, lindando con muchas de las urbanizaciones que han ido construyéndose en la zona. En su origen, como otros parques y jardines de Madrid, fue parte del Cazadero Real de Madrid.
¿Cómo llegar al Monte del Pilar?
Para llegar al Monte del Pilar podéis hacerlo desde nuestro espacio, porque estamos muy cerca. Para llegar, podemos hacerlo en coche por la misma A6 desde Madrid (salida 13 dirección Villalba y salida 15 dirección Madrid). También se puede llegar en transporte público: en autobús desde el Intercambiador de Moncloa (bus nº 651,652, 653 y 654) y en tren en las líneas de cercanías C7 y C10. El parque tiene un horario de apertura de 7 a 22h durante todo el año.
Una forma de acercar la naturaleza a los más pequeños
Es un espacio que ofrece la posibilidad de estar en contacto directo con la naturaleza, a pesar de estar rodeado de núcleos urbanos. Sus pinares son habitados por aves como los cárabos o el pico picapinos, y por pequeños mamíferos como zorros, ginetas, jabalíes, erizos o conejos. En cuanto a especies vegetales, no solo hay pinos, sino que podemos encontrar mucha flora típica mediterránea como las encinas o las jaras. Se puede pasear andando o en bicicleta por las rutas señalizadas, hacer deporte o jugar con nuestros perros en el circuito agility pensado para ellos, o simplemente sentarse a disfrutar de este gran espacio verde que tenemos tan cerca de casa.
El Monte del Pilar se puede visitar en cualquier momento del año, y si vas con niños puede ser una forma de acercarles los cambios de la naturaleza y que vayan descubriendo las estaciones y el paisaje van modificándose, o jugar a buscar huellas y rastros de animales, o a distinguir los sonidos de los pájaros. En otoño e invierno nos encanta recorrerlo a mediodía, en esos días soleados y fríos es un verdadero placer dar un paseo por la zona. Cuando los días comienzan a ser más largos, un plan perfecto puede ser dar un paseo por la zona de ribera y ver el riachuelo que lo atraviesa, o buscar las huellas de los jabalíes que viven por la zona. ¡Una actividad para toda la familia!